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¿Recuerdas cómo rugía el volcán Cumbre Vieja, el de La Palma, durante su erupción? ¿Y las imágenes de las coladas de lava o la llegada de ésta al mar? Meses después de que el volcán se aletargara, ¿qué daños y otras consecuencias siguen preocupando a los productores de plátano afectados?
Esto es lo que hemos preguntado en el séptimo episodio del pódcast de Sigfito “Cultivando el Medio Ambiente” y para ello entrevistamos al técnico del Grupo Regional de Cooperativas Plataneras de Canarias, Coplaca, Javier López-Cepero.
El Cumbre Vieja, volcán de la isla de La Palma, comenzó a rugir el 19 de septiembre de 2021 y durante 85 días, hasta el 13 de septiembre del mismo año, no paró de escupir magma de su interior. Las coladas llegaron hasta el mar, destruyendo a su paso más de 1.600 edificios y cubriendo más de 1.200 hectáreas, de las que casi 400 eran de cultivo.
Las explotaciones agrícolas sepultadas eran de fincas de hortícolas, aguacate o vid, pero las más numerosas fueron, sin duda, las de plátanos, con 200 hectáreas desaparecidas bajo la lava.
Según Javier López-Cepero, la Indicación Geográfica Protegida Plátano de Canarias cuenta con una superficie de producción de 9.000 hectáreas, de las que alrededor de 3.000 se encuentran en La Palma, por lo que 200 hectáreas, aunque es un número considerable, no pone en riesgo el abastecimiento de esta fruta en los mercados.
Varios tipos de daños
El técnico de Coplaca explica que los daños causados por la erupción del Cumbre Vieja han sido de diverso tipo: en primer lugar, están las hectáreas sepultadas por la lava, con la consecuente pérdida de las instalaciones en las fincas y la cosecha; en segundo lugar, los plátanos perjudicados por la “arena” que expulsaba el volcán y que dañaban su exterior; en tercer lugar, esa “arena”, que además de dañar los racimos de plátanos, también, al depositarse sobre las hojas de las plataneras, han frenado su crecimiento y el posterior desarrollo del fruto, por lo que esas futuras cosechas también sufrirán pérdidas; y en cuarto lugar, están las pérdidas en las infraestructuras, como las tuberías y las instalaciones de riego, los caminos o los umbráculos, unas infraestructura de malla que cubren las plataneras y que, en muchas explotaciones, se han venido abajo.
Por otra parte, uno de los efectos positivos de la “arena” expulsada a la atmósfera por el Cumbre Vieja y que ha cubierto las fincas de La Palma es que al ser material volcánico, es rica en sustancias con poder fertilizante, además de que ayudarán a mantener la humedad del suelo y a ahorrar agua, según explica López-Cepero.
Ayudas en función de los daños
Para el técnico de la cooperativa Coplaca, Javier López-Cepero, “uno de los grandes problemas que hay ahora mismo es ¿de dónde sale el dinero para cada una de las ayudas?, porque es una situación totalmente nueva».
En este sentido, desgrana una serie de ayudas que se han propuesto en función de los daños ocasionados en cada explotación.
Así, quienes han perdido la cosecha, han empezado a ser recompensados por dichas pérdidas. Por su parte, el Gobierno de Canarias ha planteado una ayuda para sufragar los costes de todas las explotaciones afectadas que tengan que comenzar el cultivo del plátano desde cero: moliendo los restos de la campaña anterior y acondicionando el suelo, arreglando el riego y los umbráculos y adquiriendo la planta.
Asimismo, también se ha previsto que los agricultores cuyas fincas han sido sepultadas por la lava (y que se supone que podrían comenzar a cultivar sobre la lava cuando en unos años se haya enfriado) mantengan durante tres ejercicios sus derechos históricos de producción (en función de los que reciben las ayudas europeas) para que dentro de tres años, si ya han comenzado a cultivar de nuevo plátano, puedan seguir recibiendo los pagos comunitarios.
Plátano de Canarias
El plátano es un fruto que surge en forma de racimo de una planta que tarda en crecer alrededor de un año. Es entonces cuando deja de emitir hojas y surge un racimo de plátanos que crecerá durante cinco o seis meses. Aunque el número de hectáreas productoras de plátano sepultadas por la lava han sido 200 y a ellas hay que añadir aquellas que tienen que comenzar a producir desde cero, con toda probabilidad, el mercado no notará mucho este descenso de producto.
Escucha aquí el septimo episodio