Reciclar en el campo, ¿misión imposible?

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Reciclar en el campo, ¿misión imposible?

Todos tenemos muy claro que es importante reciclar para cuidar del medio ambiente. Espero que muchos lectores, además, lo lleven a la práctica, que tengan sus correspondientes contenedores para envases, basura orgánica, vidrio, papel…e incluso que hagan uso del punto limpio más cercano.

Pero seguro que todos nos hemos preguntado alguna vez ¿y esto dónde lo echo?. O pasar una buen rato en el punto limpio intentando descifrar en qué contenedor van unas llaves, unos CDs viejos o el audífono del abuelo.

Y es que esto de hacerse cargo de los residuos que generamos a diario puede llegar a ser un engorro; pero no nos queda otra si queremos un entorno medianamente saludable para vivir.

Pero, para un agricultor o un ganadero puede llegar a ser más complicado aún ya que en el medio rural, se generan una gran variedad de residuos como consecuencia de las actividades agrícolas, ganaderas o agroalimentarias.

En un invernadero por ejemplo, los distintos residuos que se generan requieren de un proceso de manejo y reciclado muy distinto según su naturaleza y peligrosidad. Afortunadamente hay residuos que pueden depositarse en unos puntos de recogida predeterminados para que unos sistemas Integrados de Gestión se hagan cargo de ellos, como es el caso de los envases vacios de productos agrarios que gestiona SIGFITO.

Pero todavía quedan muchos residuos más, cada uno con sus propias peculiaridades: los envases de plástico, papel o cartón que han contenido fertilizantes, ácidos o semillas, las bolsas de plástico que contienen sustratos – perlita, fibra de coco o lana de roca – donde crecen las plantas, las trampas de hormonas para el control de insectos plaga, bandejas de poliestireno de los semilleros, un gran volumen de restos orgánicos de plantas o frutos desechados, palets, alambres y metales de infraestructura de los invernaderos. No conviene olvidar los envases que aún contienen restos de un producto fitosanitario caducado, que dejó de utilizarse al cambiar de cultivo o porque ya no está permitido; o de los monos, guantes y mascarillas de protección que quedan contaminados tras utilizarse para aplicar productos fitosanitarios y que el agricultor tiene que buscarse la vida para gestionarlos.

Así que tenemos a un señor en el campo, que además de realizar su trabajo diario, tiene que separar y almacenar en condiciones adecuadas todos estos residuos y contratar a un gestor que se haga cargo de ellos. La tentación de desentenderse de ellos o de reutilizarlos indebidamente está ahí, pero la mayoría no lo hace por diversas razones, sobre todo porque están concienciados y dispuestos a reciclar.

Un agricultor de invernadero utiliza, y genera, tal cantidad de materiales y residuos distintos, que hace que reciclar en casa sea prácticamente un juego de niños.

Los agricultores solo piden que se les ayude un poco en esta labor; simplemente modificando algunas leyes para que reciclar no sea una tarea heroica.Favorecer a que los residuos se gestionen de forma integrada fomenta el reciclaje en el ámbito agrario y permite que el flujo de residuos se recanalicen en el mercado, ésta es la filosofía de la economía circular.

Redacción: Caridad Calero.

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