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Aún recuerdo cuando era pequeño y mis padres me decían: «hijo mío estudia, que esto de la agricultura está muy mal». Y con respecto a algunas zonas de España la verdad es que no iban muy mal encaminados ya que las lluvias, fundamentales en tantas parcelas de secano, cada vez son menos frecuentes y abundantes. De todas formas, esos consejos han generado un poco de complejo de inferioridad y la gente joven prefiere ir a la ciudad a vivir en un ambiente bastante estresado (aunque mejor visto por la mayoría de los familiares) antes que quedarse en el medio rural y tener una vida más tranquila y relajada con mucho mejor medio ambiente, y en definitiva mejor calidad de vida… y es que, al fin y al cabo, el cambio generacional siempre cuesta, bien porque no hay muchos jóvenes dispuestos a seguir con la agricultura (muchas veces pequeños negocios familiares) y en otros casos, a los agricultores de toda la vida les supone un gran esfuerzo dejar su explotación ya que para muchos esto de la agricultura es lo único que saben hacer y su medio de vida, con el consiguiente vértigo de pensar qué harán cuando no tengan que ir al campo.
Todo esto que venimos comentando lo podemos ver reflejado en las estadísticas en las que se puede observar que más del 33% de los agricultores españoles tienen mas de 65 años y tan solo el 4% tiene menos de 35 años. Sin duda alguna, estos datos son demoledores haciendo referencia al tan necesitado cambio generacional que tiene que tener nuestra querida agricultura en los años venideros y que sin duda hay que potenciar. Un claro ejemplo lo tengo en mi explotación agrícola, ya que hace unos años a mi padre, ahora ya jubilado, le costó muchísimo el desprenderse de la responsabilidad de dirigir su agricultura. Además de esto, veía con bastante asombro que el control de ingresos/gastos brillaba por su ausencia. No nos engañemos, las explotaciones agrícolas (por muy pequeñas que sean se han convertida en una empresa, donde se deben controlar muy rigurosamente todos los gastos para poder tener unos resultados que te permitan seguir creciendo en el futuro.
Pero no todo es malo respecto al cambio generacional, la incorporación de las nuevas tecnologías, con la ya famosa Agricultura 4.0, “BigData”, autoguiados por GPS, dosificaciones variables en función a mapas de rendimiento, etc, etc, son sin duda alguna un reclamo para que la gente joven acceda al campo de una forma más atractiva.
La maquinaria ha evolucionado muchísimo y eso es muy atractivo para que los jóvenes agricultores puedan acercarse a este campo con más facilidad a la vez que disponen de multitud de herramientas que les ayudan a mejorar sus cultivos año tras año, tanto en rendimiento como en innovación.
Pero nada de esto es posible si no se dispone de los terrenos que se necesitan para poder cultivar. Y en este caso también estamos ante un gran problema ya que hablamos de grandes inversiones de dinero que prácticamente son inviables a no ser que el joven agricultor pertenezca a una familia ligada al sector agrícola y este pueda seguir con el negocio familiar y que con los años le permita ampliar la explotación agrícola. El precio medio de compra de la tierra de secano para cultivo de cereal está en torno a los 7.000€/ha y de regadío en torno a 17.000€/ha. Para poder vivir exclusivamente de cultivos como: cereales, leguminosas, girasol, maíz, etc, es necesario poseer una gran explotación con más de 150 hectáreas de secano o más de 80 hectáreas de regadío. En las zonas donde existe un cultivo especializado (suelen ser zonas con buenos terrenos de regadío), el acceso a la tierra es también complicado, pero es cierto que se necesita mucho menos terreno para tener una explotación agrícola rentable. Otro ejemplo personal que os puedo comentar es nuestra zona, donde el ajo morado es el motor de la agricultura local y donde una familia con 20 hectáreas de ajo morado puede vivir de forma cómoda. Y como este caso, en el sector agrícola español hay multitud de opciones en cuanto a cultivos. Otra opción que en los últimos años ha tomado mucha fuerza son los cultivos leñosos, donde acceso a la tierra es caro, pero estos cultivos suelen ser bastante rentables, y está claro que también generan mucha mano de obra cosa que, por ejemplo, el cereal no lo genera.
En la siguiente tabla podéis ver precios de compra/venta de tierras en los años 2016 y 2017.
Redacción: Joaquín Tribaldos
Twins Farm
www.twins-farm.es