Riego sostenible

En esta España que nos ha tocado vivir y sobre todo con el cambio climático que cada vez se hace más palpable, la gestión y utilización del agua y realizar un riego sostenible es un factor crucial para la vida y, en nuestro caso, para tener unas buenas cosechas agrícolas.

El agua se ha categorizado como un bien de muy alto valor y por tanto es algo que hay que cuidar para que los recursos hídricos se puedan mantener o incluso mejorar (cosa muy complicada) en los próximos años y décadas…. Ahí es donde entra en juego el concepto de «Riego Sostenible».

Definición de riego sostenible

Antes de todo, definamos el concepto de riego sostenible para marcar el punto de inicio en este artículo.

El riego sostenible consiste en la práctica racional del conjunto de actividades relacionadas con el riego de las plantas, con vistas a satisfacer las necesidades de supervivencia y bienestar del presente sin comprometer las de las generaciones futuras.

Es necesario considerar múltiples aspectos tan importantes como la degradación, pérdida o agotamiento de los recursos, tales como el suelo, el agua y la energía, y con particular atención a la protección y conservación de la biodiversidad y del medio ambiente.

Para ser sostenible, el riego ha de superar sequías y, a mayor escala, los efectos del cambio climático global. Y esto no se puede alcanzar sin el apoyo en disciplinas de diversa índole como las relacionadas con la selección y mejora de cultivos, telecomunicaciones y automatismos, gobernanza institucional, etc.

Por tanto, el concepto de «Riego Sostenible» está muy ligado a los conceptos de «Sostenibilidad de los Recursos Hídricos«, «Uso Sostenible del Agua» y «Agricultura y Desarrollo Rural Sostenibles«.

La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación)  define la «Agricultura y Desarrollo Rural Sostenibles» como un proceso que cumple con los siguientes criterios:

  • Garantiza satisfacer las necesidades nutricionales básicas de las generaciones presentes y futuras sean atendidos cualitativa y cuantitativamente, al tiempo que provee una serie de productos agrícolas.
  • Ofrece empleo estable para todos aquellos involucrados en la producción agrícola.
  • Mantiene la capacidad productiva de la base de los recursos naturales como un todo y la capacidad regenerativa de los recursos renovables sin romper los ciclos ecológicos básicos.
  • Reduce la vulnerabilidad del sector agrícola frente a factores naturales y socioeconómicos adversos.

Datos sobre riego en España

El INE (Instituto Nacional de Estadística) ha publicado hace unos días la Encuesta sobre el Uso del Agua en el Sector Agrario (EUASA) del año 2018, en la que se puede ver que el volumen de agua de riego usado por las explotaciones agrarias ascendió a 17.300 millones de m3 en 2018 que supone un aumento del 3,7% respecto a la anterior encuesta realizada en 2016.

El uso de agua de regadío por goteo (localizado) se incrementó un 6,4%, el riego por gravedad (inundación) aumentó un 2,8% y el riego por aspersión un 0,7%.

Si nos centramos en tipos de cultivo, los herbáceos, que representaron el 54,6% del volumen total del agua de riego, utilizaron un 1,7% más de agua que en 2016. Los otros tipos de cultivos como pueden ser cultivos industriales, flores, plantas ornamentales, etc., registraron el mayor aumento de agua utilizada (del 15,4%). Por otra parte, los volúmenes de agua se incrementaron un 5,7% en los frutales, un 3,4% en patatas y hortalizas y un 0,3% en el olivar y viñedo.

Si hablamos de disponibilidad de agua, el 74,3% del volumen de agua disponible para el riego en el año 2018 fue de origen superficial, el 23,9% tuvo origen subterráneo y un 1,8% procedió de otros recursos hídricos, como agua desalada (marina o salobre) o regenerada (de estaciones de depuración de aguas residuales).

Pero si echamos la vista hacia atrás 20 años, el sector agrario redujo un 22% a pesar del aumento de la superficie de regadío (la superficie de regadío ha pasado de 2,3 millones de hectáreas a 3,8 millones). Los agricultores y ganaderos usaron 22.200 millones de m3 en el año 2000 y en el año 2018 utilizaron 17.300 millones de m3, un 22% menos de agua. Se puede destacar la reducción del uso de agua en sectores como el frutícola (-17,2%), el olivar y viñedo (-21,8%) y el hortícola (-20,9%).

El ajo morado y su riego sostenible

Para terminar, os mostraremos un claro ejemplo de riego sostenible que se produce con el Ajo Morado.

Hace unas semanas publicamos un artículo donde destacábamos la importancia de modernizar las técnicas de riego para ahorrar agua y a la vez hacer una explotación más rentable económicamente ya que poner los medios para el ahorro de agua supone una inversión económica inicial pero al final supone un ahorro importante en la explotación.

Para ello, visitamos a un agricultor ajero que nos explicó cómo lleva a cabo el riego en el ajo morado. Este riego tradicionalmente ha sido por aspersión y en las últimas décadas se ha utilizado mucho el cañón enrollable por la gran comodidad que supone.

Actualmente y desde hace unos años, este agricultor realiza el riego por goteo por lo que supone un ahorro muy considerable de agua ya que con el cañón enrollable necesitaba unos 145.000 litros/ha (5 horas de trabajo para completar el riego) y con el sistema de riego por goteo necesita 33.000 litros/ha en tan solo una hora.

Las cifras son bastante contundentes y son un claro ejemplo del camino a seguir para cuidar con máximo cariño el bien tan codiciado en el que se ha convertido el agua en estos últimos años.

Autor: Joaquín Tribaldos, Twins farm

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