Variedades de cebada. Rendimientos muy diversos

Variedades de cebada. Rendimientos muy diversos

Desde hace unos años, los agricultores cerealistas llevan buscando la variedad de cebada que mejor se adapte a su terreno y condiciones meteorológicas. También podría ser aplicable esta búsqueda al trigo, aunque nos centraremos en las diferentes variedades de cebada de ciclo largo o cebadas de invierno que hay en la actualidad.

Esta es una búsqueda siguiendo el método del ensayo, es decir, a base de prueba y error, llevada a cabo consultando con gente especializada en la materia y la lectura de muchos artículos de investigación que se generan de multitud de ensayos que las casas comerciales de semillas y organismos públicos realizan a lo largo del año… podríamos decir que la búsqueda del Santo Grial ha llegado a los cereales. Y es que con la gran multitud de variedades existentes, los rendimientos pueden variar muy significativamente y, por tanto, la elección de la variedad correcta es un factor muy importante. Es cierto que el triunfo final no depende solamente de la variedad, pero sí que es un gran comienzo para llegar al éxito.

En nuestra zona y como ejemplo, nosotros “Twins’ Farm” y nuestro padre, durante muchos años nos hemos centrado en la variedad Hispanic, que siempre nos ha dado muy buenos resultados, pero esas conclusiones desde hace tres o cuatro años van variando y hoy en día la decisión ha cambiado ya que hemos podido constatar que hay otras variedades de cebadas que, a igualdad de condiciones agronómicas, los rendimientos son muy diferentes y por tanto el beneficio es mayor. Estas variedades podrían ser Planet, Nure, Kalea, etc.

Para ir entrando en materia, la cebada recibe el nombre científico de «Hordeum vulgare», perteneciente a la familia de las gramíneas (Poáceas), por lo que se trata de un cereal al igual que trigo, arroz, maíz, etc. Es un cultivo muy importante en la agricultura española ya que es de los más sembrados junto con el trigo, maíz y arroz… en nuestra zona (Cuenca) es el cereal más sembrado con mucha diferencia respecto al segundo.

Básicamente, disponemos de tres clases de cebada y dentro de cada una de ellas, el agricultor tiene muchas variedades donde elegir la más idónea. Estas clases serían:

  • Cebada de dos carreras o cebada cervecera (Hordeum distichon): Es aquella que después de madurar la espiga solamente queda la espiguilla central. Se denomina cebada cervecera porque es la más utilizada en la industria de la cerveza debido a que los granos de la cebada son mayores y presentan mayor uniformidad en su tamaño. Además, presentan una gran regularidad en la germinación, bajo nivel de proteínas y alto poder diastásico (es la medida de la actividad de las enzimas de la malta para romper los carbohidratos complejos en azúcares reducidos).
  • Cebada de seis carreras o cebada caballar (Hordeum hexastichon): Mantiene las tres espiguillas de forma que tiene tres granos por nudo del raquis.
  • Cebada de cuatro carreras (Hordeum tetrastichon): Se mantienen las dos espiguillas laterales y solamente tienen dos granos por nudo del raquis. Son las menos comunes actualmente.

En cuanto a variedades, en los últimos años se han puesto a disposición del agricultor multitud de ellas, que nombraremos y analizaremos a continuación. En nuestro caso, uno de los centros de referencia es el Centro de Investigación Agroforestal de Albaladejito (CIAF), que lleva desde los años 60 dando soporte a los agricultores en cuanto a capacitación agraria, investigación, experimentación y transferencia tecnológica, así como como diversos servicios de interés en estudios de semilla, abonado, etc.

Como hemos mencionado, la variedad Hispanic ha sido hasta ahora nuestra favorita, pero en los últimos años ha sido adelantada en rendimiento por muchas otras variedades, en nuestro caso Nure y Sfera. Es cierto, que según la zona, las variedades pueden tener un rendimiento muy diferente, como podemos ver en los siguientes estudios realizados en Castilla-La Mancha y Castilla y León:

Y si vemos los resultados del CIAF en una zona distinta como es Cuenca, donde el suelo es diferente (textura franco-arenosa) y la pluviometría también es menor (de septiembre de 2019 a julio del 2020 hubo una precipitación de 509,9 mm repartidos principalmente entre otoño y primavera) vemos unos resultados bastante diferentes.

Por lo tanto, podemos concluir que los rendimientos dependen en gran medida de las condiciones agronómicas, confirmando que las variedades a sembrar pueden variar según la zona y observando que los resultados de unas y otras sí que son relevantes dentro de la misma zona.

 

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